1
Cuando͜ en la cruz el Señor murió,
El justo Dios satisfecho fue,
Allí con sangre El me roció,
¡A Su nombre gloria!
El justo Dios satisfecho fue,
Allí con sangre El me roció,
¡A Su nombre gloria!
¡A Su nombre gloria!
¡A Su nombre gloria!
Allí con sangre El me roció,
¡A Su nombre gloria!
¡A Su nombre gloria!
Allí con sangre El me roció,
¡A Su nombre gloria!
2
En esta fuente͜ en que salvo fui,
Su redención libertad me dio;
Disfrutaré gozo͜ eterno͜ allí,
¡A Su nombre gloria!
Su redención libertad me dio;
Disfrutaré gozo͜ eterno͜ allí,
¡A Su nombre gloria!
3
Hecho glorioso cuando͜ El murió,
Todas mis deudas El perdonó,
Fuente de vida El nos abrió;
¡A Su nombre gloria!
Todas mis deudas El perdonó,
Fuente de vida El nos abrió;
¡A Su nombre gloria!
¡A Su nombre gloria!
¡A Su nombre gloria!
Fuente de vida El nos abrió;
¡A Su nombre gloria!
¡A Su nombre gloria!
Fuente de vida El nos abrió;
¡A Su nombre gloria!
4
Hoy de Su vida y redención,
Tengo total participación,
Bebiendo͜ el agua de vida͜ estoy,
¡A Su nombre gloria!
Tengo total participación,
Bebiendo͜ el agua de vida͜ estoy,
¡A Su nombre gloria!
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EL PERDON DE PECADOS
Y LA LIMPIEZA DE PECADOS
En Su plena salvación, Dios primero nos perdona nuestros pecados y nos limpia de nuestros pecados. Cuando recibimos la plena salvación de Dios, lo primero que disfrutamos es el perdón de nuestros pecados por Dios y Su limpieza de nuestros pecados.
I. EL PERDON DE PECADOS
1) “Todos los que en El creen recibirán perdón de pecados” (Hch. 10:43).
El perdón de pecados es la primera parte de nuestra redención, y lo recibimos en el momento en que creemos. Nuestro primer problema ante Dios es que hay un registro de pecado debido a nuestras obras pecaminosas. Sólo cuando nuestro registro es borrado puede liberarnos la justicia de Dios. A menos que sean eliminadas nuestras obras pecaminosas ante El, el Dios justo no puede concedernos las cosas restantes de Su redención. Por lo tanto, primero necesitamos tener el perdón de Dios de nuestros pecados.
A. El significado del perdón de pecados
1) Somos librados del castigo de la justicia de Dios: “El que en El cree, no es condenado” (Jn. 3:18).
Primero, el perdón de pecados significa la eliminación de nuestro registro de pecado ante Dios a fin de que seamos librados del castigo de la justicia de Dios. Debido a que teníamos un registro de pecado ante Dios y estábamos condenados, deberíamos haber sufrido el justo castigo de Dios. Pero cuando Dios nos perdonó, El nos libró de Su justo castigo y no nos condenó más.
2) Hace que los pecados salgan de los perdonados: “Dar ... perdón de pecados” (Hch. 5:31); “Jehová cargó en él [en Cristo] el pecado de todos nosotros” (Is. 53:6); “Llevó El mismo [Cristo] nuestros pecados en Su cuerpo sobre el madero [la cruz]” (1 P. 2:24).
En el Nuevo Testamento, la palabra griega para perdón significa “haciendo(lo) salir” y “despidiendo”. Cuando Dios nos perdona nuestros pecados, El no sólo elimina nuestro registro de pecado ante El, sino que también causa que se vayan de nosotros los pecados que hemos cometido. Esto es porque, cuando Dios hizo que el Señor Jesús fuese nuestra ofrenda por el pecado en la cruz, cargó en El todos nuestros pecados para que los llevara por nosotros. Además, cuando Dios hizo que el Señor Jesús llevara nuestros pecados en la cruz para que sufriese el juicio y el castigo de Dios en nuestro lugar, también hizo que todos nuestros pecados fueran cargados en Satanás para que él los llevara por siempre. Esto se revela como un tipo en la expiación presentada en Levítico 16. El pecado provino de Satanás y se nos pasó, con el resultado de que llegamos a obtener un registro de pecado ante Dios. Dios puso todos nuestros pecados sobre el Señor Jesús para que los llevara todos con El a sufrir el castigo de Dios por nosotros y a cancelar nuestro registro de pecado ante Dios. Habiendo hecho esto, Dios devolvió todos nuestros pecados a Satanás para que él mismo los llevara. De este modo, Dios puede perdonar los pecados a los perdonados y hacer que sus pecados los dejen. “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones” (Sal. 103:12).
3) Olvidamos los pecados de los perdonados: “Seré [Yo, Dios] propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados” (He. 8:12).
Cuando Dios perdona, también olvida los pecados de los que perdonó. Cuando Dios perdona nuestros pecados, El no sólo cancela nuestro registro de pecado y hace que nuestros pecados se vayan de nosotros, sino que en Sí mismo también olvida nuestros pecados. Una vez que nos perdona, borra nuestros pecados de Su memoria y de ningún modo se acordará más de ellos.
B. La base del perdón de pecados
1) “Sin derramamiento de sangre no hay perdón” (He. 9:22).
El perdón de nuestros pecados por Dios se basa en el derramamiento de sangre para la redención. Debido a que El es justo, Dios no puede perdonar los pecados de los hombres sin alguna razón. Su justicia requiere que todo el que peque muera (Ez. 18:4). A menos que Su justo requisito sea satisfecho, Su justicia no puede permitirle perdonar a los pecadores sus pecados. Pero, puesto que el Señor Jesús murió y derramó Su sangre en la cruz conforme a la justicia de Dios, satisfaciendo así el justo requisito de Dios, El puede legalmente perdonar a los hombres sus pecados conforme a Su justicia. El Señor Jesús dijo: “Esto es Mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para perdón de pecados” (Mt. 26:28). Puesto que la sangre del Señor Jesús fue derramada por los hombres conforme a la justicia de Dios, satisfaciendo así los justos requisitos de Dios, Su sangre llegó a ser la base sobre la cual pueden ser perdonados los pecados de los que creen en El.
Lecciones de vida, tomo 4
Lección 38 (LSM)
Monterrey, Nuevo León, Mexico
Señor Jesús cuánto dolor y sacrificio costó Tu sacrificio la cruz por nosotros , nos abriste fuente de vida gracias mil Señor por redimirnos Señor Tu perdonaste todas mis deudas y mis pecados por eso y por todo lo que nos das y haces por nosotros a Tu nombre, gloria .