Unción divina en mi mora

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1
Unción divina en mí mora,
Y me͜ enseña todo͜ a mí;
En el Señor me guía a vivir,
Su presencia trae a mí.
 
En mi͜ espíritu mora la͜ unción,
Oh, sí, mora la͜ unción,
Me ha de enseñar;
En mi͜ espíritu mora la͜ unción,
Y siempre me enseñará.
2
Cuando͜ el Espíritu se mueve,
Suave͜ y puro͜ ungüento es;
Y donde͜ está la sangre eficaz,
Se puede la͜ unción mover.
3
Unge con Su divina͜ esencia,
Para darse͜ a conocer,
Para que pueda Su͜ elemento así
Saturar todo mi ser.
4
Por la unción de vida͜ interna
Yo me muevo͜ en comunión;
Andando͜ en Dios, la luz de la verdad,
En Su gracia͜ encuentro͜ amor.
2
Un Hermano

OBEDECER LA ENSEÑANZA

DE LA UNCIÓN

Obedecer la enseñanza de la unción se relaciona íntimamente con obedecer el sentir de vida tratado en la lección anterior. Obedecer el sentir de vida se relaciona con Cristo como vida dentro de nosotros, mientras que obedecer la enseñanza de la unción se relaciona con el mover del Espíritu Santo dentro de nosotros. El primero es un asunto de vida y el último, un asunto del Espíritu. Juntos estos dos son simplemente una cosa, esto es, vivir en el Espíritu de vida, vivir y andar siguiendo la operación de la ley de vida, y tener una vida espiritual y victoriosa que manifiesta al Dios Triuno en Cristo.

I. EL SIGNIFICADO DE LA UNCIÓN

1) “Pero vosotros tenéis la unción del Santo”(1 Jn. 2:20); “Pero la unción que vosotros recibisteis de El permanece en vosotros” (v. 27).

En la tipología bíblica, el ungüento significa el Espíritu Santo, con quien Dios unge a los que El va a usar (Lc. 4:18). El ungir del ungüento santo es el mover de este Espíritu Santo como ungüento dentro de nosotros. Esto no es meramente el ungüento sino el ungir, y no solamente significa el Espíritu Santo sino también el mover del Espíritu Santo. Esto es el ungir y mover continuo que permanece en nosotros, el cual recibimos del Santo, quien es el Padre y el Hijo.

II. LA ENSEÑANZA DE LA UNCIÓN

1) “La unción que vosotros recibisteis de El permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; pero como Su unción os enseña todas las cosas (1 Jn. 2:27) “Vosotros tenéis la unción del Santo, y todos vosotros tenéis conocimiento” (v. 20).

La enseñanza de la unción es el sentir y el conocimiento que provienen del ungir y del mover del Espíritu Santo como el ungüento dentro de nosotros. Esta enseñanza no nos hace entender O conocer mediante la palabra escrita O por el hablar; más bien, nos hace sentir y entender por medio de su mover y de su suave acariciar, los cuales a menudo son comprensibles pero indecibles. El sentir que proviene de la unción y el sentir de vida que proviene de la vida del Señor en nosotros son en realidad uno. El mover y el suave acariciar del Espíritu Santo llegan a ser sentimientos que podemos percibir por el sentir de vida que proviene del Señor, dándonos a entender la mente de Dios y las cosas concernientes a Dios.

III. LOS ELEMENTOS DE LA UNCIÓN

La unción lleva consigo ciertos elementos, así como la pintura que se aplica a los muebles. Los elementos que la unción lleva consigo son precisamente Dios mismo, la esencia de Dios. Cuanto más nos acaricia suavemente esta unción por dentro, más se untan los elementos de Dios y la esencia de Dios a nuestro interior. Por consiguiente, esta unción no solo trae su enseñanza sino también los elementos de Dios, haciendo que no solamente conozcamos a Dios y las cosas relacionadas a Dios, sino que también obtengamos los ricos elementos de Dios. Esta unción no sólo hace que hagamos las cosas de Dios, sino que también obtengamos el incremento de Dios dentro de nosotros, lo cual resulta en nuestro crecimiento e incremento en estatura en los elementos de Dios.

Lecciones de vida,

Capítulo 33 tomo 3 (LSM)


Hna. Gabriela Menez López

Ciudad De México, Localidad Del Valle, Mexico

Cuando el Espíritu se mueve, suave y puro ungüento es; y donde está la Sangre eficaz, se puede la unción mover. Por la unción de vida interna, Yo me muevo en comunión; andando en Dios, la luz de la verdad, en su gracia encuentro amor. 1a Juan 2:27 Y en cuanto a vosotros, la unción que vosotros recibisteis de EL PERMANECE en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; pero como Su unción os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, así como ella os ha enseñado, PERMANECED EN EL.