Jesucristo, te adoramos
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Jesucristo, te͜ adoramos, Tú, simiente de mujer; Engendrado de͜ una virgen, A͡un Tu nombre͜ humano es. La serpiente Tú heriste, Su cabeza͜ al aplastar, En la cruz así cumpliste De Dios el eterno plan. |
Vemos en Tu gloria ¡Tal belleza͜ humana! Tu͜ esplendor manifestado En la͜ humanidad. |
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Como hombre te͜ encarnaste Carne͜ y sangre al tomar, Vindicaste nuestra causa Destruyendo͜ a Satanás. Fue Jesús el nombre dado, Te llamaron Emanuel; Salvador, precioso eres, Salvación a nuestro ser. |
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Eres el segundo hombre Y el último Adán; De la nueva cre͡ación eres La Cabeza celestial. Fue Tu vida͜ y Tu conducta Como Hijo de͜ Hombre fiel, Y͜ en el cielo a͡ún como͜ hombre Tal humanidad se ve. |
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En el tiempo señalado Otra vez vendrás, Jesús, Con la gloria del Dios Padre Como Hijo de͜ Hombre͜ aún. En el trono del gran juicio Como͜ un hombre Tú serás, Con naturaleza͜ humana, Que por siempre Tú tendrás. |
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Ciudad De Mexico, Localidad Del Valle, Mexico
Lucas 2:11 Porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. Eres el segundo Hombre. Y el último Adán. De la nueva creación Eres la Cabeza Celestial. Fue Tú vida y Tú conducta como Hijo de Hombre fiel, en el cielo aún como hombre tal humanidad se ve. Tú deseas Tú expresión Corporativa en la Tierra. Tú Nueva Jerusalén. Aleluya!! 1a. Co 15:45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, Espíritu vivificante.
Matamoros, Tamaulipas, Mexico
Amén!!!!!!!!!!!!!
Bayamon, Puerto Rico, United States
Cuando el Señor se encarnó, Dios no vino para visitar al hombre como lo había hecho con Adán. Esta vez entró en el vientre de una virgen, permaneció allí por nueve meses y nació de ella como un Dios-hombre. Como hombre Él es Emanuel (Mt. 1:23), Dios con nosotros. Por medio de la encarnación, Dios se impartió a Sí mismo en la humanidad. Desde el día de Su encarnación, Dios ya no se quedó en Su divinidad. Ahora Él está tanto en la divinidad como en la humanidad. La encarnación de Cristo fue la impartición de Dios mismo en la humanidad. Cristo es un hombre verdadero, un hombre perfecto, pero dentro de Él también está el Dios completo. Por esto, Él es el Dios-hombre.
Tomado de: La línea central de la revelación divina, Capitulo 8