Señor, congregados comemos Tu cena

1
Señor, congregados comemos Tu cena,
Comiendo, bebiendo, se muestra la͜ unión;
Nos das Tu presencia, nuestra͜ unidad se͜ expresa
Comiendo y bebiendo con Tu bendición.
2
Comemos del pan que͜ es Tu cuerpo partido,
Tu Cuerpo͜ al ser uno se disfruta ya;
Un pan en la mesa, un Cuerpo que confiesa
Que͜ en Ti, Señor, tenemos perfecta͜ unidad.
3
Bebemos también esta copa bendita,
Que͜ es fiel comunión de Tu sangre, Señor;
Por fe redimidos, a todos recibimos,
Los que por redención han venido a Dios.
4
Pues, ¿qué se dirá sino͜ “¡Amén, aleluya!“?
Tu gracia nos trajo a tal realidad;
Tu sangre͜ aplicando, Tu Cuerpo disfrutando
Iglesia tan gloriosa así se͜ obtendrá.
5
Un Hermano

c. Para que los creyentes coman y beban,

anunciando Su muerte hasta que Él venga

Según 1 Corintios 11:26 hemos de anunciar la muerte del Señor hasta que Él venga. Esto indica que al partir el pan para hacer memoria del Señor y exhibir Su muerte, también estamos a la espera de Su venida. Al exhibir la muerte del Señor y así recordarle, debemos hacerlo en el espíritu y en la atmósfera de estar a la espera de Su venida. Tenemos una esperanza gloriosa: un día Cristo regresará y cambiará nuestro cuerpo (15:51-54). Cuando el cuerpo de nuestra humillación sea transfigurado, con lo cual será conformado al cuerpo de Su gloria en Su venida (Fil. 3:21), nuestra redención será completa (Ro. 8:23).

Debemos tomar la cena del Señor para hacer memoria de Él anunciando Su muerte redentora sin cesar hasta que Él regrese a establecer el reino de Dios (Mt. 26:29). En Su primera venida el Señor llevó a cabo Su muerte para efectuar una redención todo-inclusiva a fin de producir la iglesia. Después de Su muerte, Él se fue para recibir el reino, y regresará con el reino (Dn. 7:13-14; Lc. 19:12). El período comprendido entre la primera y la segunda venida del Señor es la era de la iglesia. De esta manera la iglesia ocupa todo el intervalo entre la primera y la segunda venida del Señor y vincula Su muerte en el pasado con el reino de Dios en el futuro. Así pues, anunciar la muerte del Señor hasta que Él venga podría implicar también declarar la existencia de la iglesia a fin de traer el reino. Cuando comemos la cena del Señor de esta manera, con miras a hacer continuamente memoria de Él en Su primera y segunda venidas, esa cena llega a ser una satisfacción para Él en relación con el reino, la administración de Dios.

La Conclusión del

Nuevo Testamento:

Messaje 312 (LSM)


Jonathan González Méndez

Aguadilla, Puerto Rico

Pues, ¿qué se dirá sino͜ “¡Amén, aleluya! “?

Tu gracia nos trajo a tal realidad.


Daniel Brooks

La Guardia, Santa Cruz, Bolivia

One of my young children's favorite hymn to sing with our family!


David Martinez

East LA, CA, United States

Pues, ¿qué se dirá sino Amén, aleluya!


Kevin Palma

Compton, CA, United States

Amen