Qué admirable hecho, con Jesús morí

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¡Qué͜ admirable hecho, con Jesús morí!
Me libró de carne͜ y de pasión;
¡Cuán glorioso hecho, vivo hoy con El!
Por Su vida de resurrección.
En la cruz clavado fui con mi Señor,
Clavado fui con mi Señor;
Mas hoy por Su vida de resurrección
Morando͜ estoy con Dios.
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Un Hermano

TRATAR CON EL YO

Ahora llegamos al asunto de tratar con el yo. Esta experiencia está muy relacionada con el trato con la carne; es una experiencia muy importante en la etapa de la cruz.

Si deseamos tratar con el yo, necesitamos primero definir lo que es el yo. Hay muchos términos espirituales que usamos a menudo, pero cuando queremos saber el significado verdadero, es difícil explicarlo. Tal es el caso del yo. Muy a menudo escuchamos a la gente hablar acerca del yo, pero pocos lo pueden definir. ¿Qué es realmente el yo? El yo es simplemente la vida del alma con el énfasis en los pensamientos humanos y en las opiniones humanas. Podemos descubrir esto en la Biblia, donde el yo es mencionado claramente.

Leamos primero Mateo 16:21-25: “Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándole aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti, en ninguna manera esto te acontezca. Pero El, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! ; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará”.

III. EL PROCESO DE TRATAR CON EL YO

A. Ver que el viejo hombre ha sido crucificado

El proceso de tratar con el yo es muy parecido al de tratar con la carne. El primer requisito es ver el hecho de que nuestro viejo hombre ha sido crucificado. Esto significa que debemos recibir revelación de Dios para poder ver que nuestro viejo hombre ha sido crucificado con Cristo.

B. Ver que nuestras opiniones son

una de las expresiones del viejo hombre

El segundo requisito es ver que un aspecto de la expresión del viejo hombre es nuestras opiniones. El viejo hombre se expresa a sí mismo no sólo en la carne, sino también en las opiniones, las cuales son el yo. Si uno ve solamente que el viejo hombre ha sido crucificado, pero no reconoce las maneras O formas en las cuales el viejo hombre es expresado, no podrá tener la experiencia subjetiva. Por consiguiente, el primer paso en nuestro trato con el yo subjetivamente es ver que nuestras opiniones son una de las expresiones del viejo hombre.

C. Aplicar la crucifixión de

Cristo a nuestras opiniones

Una vez que sabemos que nuestro viejo hombre ha sido crucificado y terminado en Cristo y una vez que nos damos cuenta de que las opiniones e ideas son la expresión del viejo hombre, naturalmente no permitiremos que el viejo hombre se exprese otra vez en opiniones. Por consiguiente, aplicaremos la crucifixión de Cristo por medio del Espíritu Santo a nuestras opiniones. Esta es nuestra experiencia subjetiva al tratar con el yo. Esto es también a lo que el Señor se refiere en Mateo 16 como la negación del yo y el llevar la cruz.

La Experiencia de vida,

CAPITULO 10 TRATAR CON EL YO

(LSM)


Anonym

Mexico

Es muy bonito todos los cantos