Muerto estoy con Jesucristo

1
Muerto͜ estoy con Jesucristo
Para͜ el mundo͜ el yo y͜ el mal,
En resurrección de vida
Comencé por fin a͜ entrar.
Conformado a Su muerte
Al sufrir por Su͜ interés;
Con mi Salvador y guía
Al Calvario yo iré.
  Al Calvario yo iré,
Donde El por mí ya fue,
Ven, Señor, ayúdame,
Y͜ al Calvario yo iré.
2
Dulce es morir con Cristo
Si vivo͜ en resurrección,
Y llevar Sus sufrimientos
Si rebosa͜ el corazón.
En resurrección El mora
En mi ser con gran poder,
Y por eso muy contento
Al Calvario yo iré.
3
Si morimos, viviremos
Por la vida del Señor;
Si sufrimos, reinaremos
Disfrutando͜ el galardón.
Oh, cuán dulce la mañana
Cuando͜ al Amo puedas ver,
Y te diga complaciente,
Al Calvario fuiste fiel.
2
Silvestre Hernández Yepez

Victoria, Tamaulipas, Mexico

Te pido perdon Señor Jesucristo te pido perdon por tantos pecados que coneti, perdobame Señor, perdoname mi Señor


Pedro Menéndez

Bayamon, P.R., United States

Este es un himno excelente acerca de la identificación que tenemos con el Señor en Su muerte y resurrección. Las primeras dos líneas de la estrofa 2 dicen:

Dulce es morir con Cristo

Si vivo en resurrección.

Todos los que conocen la vida interior aman este himno. Esta pregunta es si primero tenemos muerte y luego resurrección, O si la resurrección viene primero y luego la muerte. Podemos ver la secuencia al usar la ilustración de la semilla que se sepulta en la tierra. La semilla tiene vida en ella; la vida es resurrección. Pero la semilla no será glorificada, si no se entierra. Ser enterrada es equivalente a negarnos a nosotros mismos, a rechazarnos y a renunciar a nuestro yo. La multiplicación de la vida divina, la glorificación de la vida divina, que es la resurrección, se da por medio de esta sepultura, esta renuncia.

Al venir, el Señor poseía la vida divina, pero Él pasó por la muerte. Luego entró en la resurrección con miras a Su multiplicación, Su aumento, Su glorificación. Hoy en día nosotros podemos recibirle como nuestra vida y esto nos hace una semilla. A fin de que nosotros, como la semilla, expresemos la vida divina con miras a su multiplicación, aumento y glorificación, necesitamos pasar por la muerte que Él pasó. Esto equivale a ser configurados a Su muerte.

Podemos ver en Filipenses 3 que Pablo tenía a Cristo como vida y que él vivió por esa vida; sin embargo, él aspiraba conocerle aún más. Él quería conocer a Cristo y el poder de Su resurrección, al ser configurado a Su muerte. Ya tenemos a Cristo como vida, no obstante, debemos conocerle más aún. El aumento en el conocimiento de Cristo y del poder de Su resurrección nos fortalecerá para pasar a través de Su muerte. Al conocerle más, podremos ser configurados a Su muerte. Ser configurados a Su muerte significa renunciar a nosotros mismos, negarnos y rechazarnos. Rechazarnos a nosotros mismos, renunciar a nosotros mismos y negarnos a nosotros mismos, las tres, son expresiones que significan lo mismo. Cuando nos negamos a nosotros mismos, vivimos en resurrección.

Sacado de: Vivir en y con la Trinidad Divina capitulo 9