Sopla en mí Tu Espíritu hasta

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1
Sopla͜ en mí Tu͜ Espíritu͜ hasta
Inhalarte͜ en mí, Señor;
Desahogándome͜ en Tu pecho
Del pecado y del yo.
 
Exhalando, exhalando
Culpas y pesar;
Inhalando, inhalando
De Tu gran caudal.
2
Exhalando yo mi vida,
Hoy la Tuya ganaré;
Inhalando Tu persona
Yo la mía perderé.
3
Exhalando͜ el viejo hombre
Que llevaste a la cruz;
Inhalando yo Tu vida
Brota͜ en mí Tu pulcritud.
4
Exhalando mi tristeza
En Tu pechó͜ alentador;
Yo inhalo el consuelo
Y͜ el descanso de Tu͜ amor.
5
Exhalando͜ enfermedades
Que llevaste Tú por mí;
Inhalando sanidades
Me renuevo siempre͜ en Ti.
6
Exhalando mis anhelos
En Tu͜ oído consultor;
Inhalando Tus respuestas,
Calmas todo mi temor.
7
Respirando͜ a cada͜ instante
Cobro vida yo por Ti;
Soplo͜ a soplo͜ en Ti viviendo,
Sóplate, Señor, en mí.
6
Un Hermano

1) La definición de invocar al Señor

Primero, necesitamos saber lo que significa invocar el nombre del Señor. Algunos cristianos piensan que invocar al Señor equivale a orar. Yo pensaba lo mismo. Pero un día el Señor me mostró que invocar a Su nombre difiere de la oración. En efecto, invocar es una especie de oración, pues forma parte de nuestra oración, pero invocar no es simplemente orar. En hebreo invocar significa “clamar”, “gritar”, es decir, llamar. La palabra griega traducida “invocar” significa “invocar a una persona”, “llamar a alguien por su nombre”. En otras palabras, quiere decir llamar a una persona por su nombre en voz alta. Aunque la oración puede ser silenciosa, la invocación debe ser pronunciada en voz audible.

Invocar al Señor significa también gritarle y experimentar la respiración espiritual. “Invoqué Tu nombre, oh Jehová, desde el hoyo más profundo; oíste mi voz; no escondas Tu oído a mis suspiros, a mi clamor” (Lm. 3:55-56). Estos versículos indican que invocar significa también llorar y respirar. El llanto es la mejor respiración. Me han dicho que el llanto es el mejor ejercicio para los recién nacidos. Cuando usted llora, respira espontánea y profundamente. Al llorar y respirar, exhalamos e inhalamos. La inhalación siempre va después de la exhalación. Al exhalar sacamos todas las cosas negativas. Cuando usted exhale las cosas negativas, las cosas positivas del Señor lo llenarán. Permítanme usar el ejemplo de una persona que se enoja. Cuando una persona se enoja, no debe procurar tranquilizarse, sino invocar: “Oh Señor Jesús”. Luego añada una corta oración: “Señor Jesús, voy a enojarme”. Haga eso y vea si sigue enojándose. Al invocar el nombre del Señor usted exhalará su ira e inhalará al Señor Jesús. Exhalará su ira e inhalará al Señor. ¿Quiere ser santo? La manera de ser santo consiste en invocar el nombre del Señor Jesús. Al invocar usted el nombre del Señor, exhalará todas las cosas pecaminosas, malignas e impuras, e inhalará todo lo positivo, las riquezas del Señor.

El señor A. B. Simpson escribió un himno acerca de respirar al Señor. Leamos algunas estrofas:

Oh Señor, exhala Tu Espíritu sobre mí,

Enséñame a inhalarte;

Ayudame a derramar en Tu pecho

Toda la vida de mi yo y de mis pecados.

Estoy exhalando mi tristeza,

Exhalando mis pecados;

Estoy inhalando, inhalando,

Toda Tu plenitud.

Exhalando mi naturaleza pecaminosa,

Has llevado todo por mí;

Inhalando Tu plenitud limpiadora,

Encontrando toda mi vida en Ti.

En 1963 presenté este himno a algunos santos en los Estados Unidos. Un día, después de cantar este himno, un querido santo se me acercó y dijo: “No puedo entender ese himno. Respirando, respirando, respirando: ¿respirando qué? ” Estaba algo confuso. Algunos años más tarde, después de publicar nuestro himnario, este mismo santo me dijo: “Hermano, mi himno favorito en el himnario es aquel himno que habla de inhalar al Señor”.

Estudio-vida de Génesis

Mensaje 25 (LSM)


Un Hermano

RECIBIR EL ALIENTO SANTO

Después de resucitar, El Señor Jesús vino a Sus discípulos. En Juan 20:22 leemos que “El sopló y les dijo: Recibid el Espíritu Santo”. La palabra griega pneuma que traducimos Espíritu significa también aliento O soplo. Esto indica que el Señor Jesús dijo a los discípulos que recibieran el aliento santo. Así, vemos que el evangelio de Juan comienza hablando del Verbo, después habla del Cordero y de la vid, y finalmente, Juan 20:22 revela que el Verbo, Dios, el Cordero, y la vid, son también el aliento que debemos recibir. Por una parte, El exhaló Su aliento, y por otra, los discípulos lo inhalaron.

En Juan 20:22, el Señor Jesús dijo a los discípulos: “Recibid el Espíritu Santo”, esto es, el aliento santo. No analicemos lo que significa el aliento, simplemente, recibámoslo en nosotros inhalándolo.

Desafortunadamente, muchos cristianos de hoy sólo saben razonar y reflexionar, pero no saben lo que significa inhalar este aliento santo. A. B. Simpson experimentó lo que es inhalar a Cristo. En uno de sus himnos dice: “Sopla en mí Tu Espíritu hasta inhalarte en mí, Señor” (Himnos, #119).

En el evangelio de Juan se presenta un relato del proceso divino. El Verbo, quien era Dios, se hizo carne. Luego, después de pasar por la crucifixión y la resurrección, Él llegó a ser el aliento santo que podemos inhalar.

Si hemos de entender correcta y completamente el evangelio de Juan, es necesario que veamos las etapas de este proceso. En Juan 1:1 y 14 vemos que el Verbo, el cual en el principio estaba con Dios y era Dios, se hizo carne. El versículo 29 revela que este Verbo encarnado es el Cordero de Dios. Por una parte, Él es el Cordero que redime, y por otra, es el árbol que imparte la vida. Por consiguiente, podemos referirnos a Él como el “Cordero-árbol”. En Juan 15 vemos que los pámpanos son la vida que lleva la vid. Finalmente, el “Cordero-árbol” llega a ser el aliento santo. ¡Aleluya! En nuestra experiencia, Cristo es el Verbo, el Cordero, el árbol y el aliento. El Verbo expresa a Dios, el Cordero efectúa la redención, el árbol imparte la vida y el aliento nos capacita para vivir.

Si no respiramos no podemos vivir. En el idioma chino cuando una persona fallece, se dice que dejó de respirar. Sin duda, dejar de respirar equivale a morir. Asimismo, podemos decir que respirar equivale a vivir. Tal vez podamos graduarnos de muchos cursos, pero jamás podremos “graduarnos” de respirar. Nadie puede afirmar que por el conocimiento O la madurez que ha adquirido, ya no necesita respirar. Al contrario, cuanto más avanzada sea la edad de una persona, más se preocupa por su respiración. ¡Cuán maravilloso es contar con el aliento santo para nuestra existencia!

Estudio-vida de Filipenses

Mensaje 34 (LSM)


Margarita

Tulua, Valle Del Cauca, Colombia

Hermoso himno, no se el. ritmo pero le puse uno y hasta como poema es bello. Llename de. tu Santo Espíritu y saca de mi lo que me impida conocerte, amarte y obedecerte


Vanessa

Tampa, FL, United States

Gracias Señor!!!


Amando

Anaheim, California, United States

Gracias Sr que podemos tomarte como nuestro aire espiritual al invocar tu nombre Ohh Sr Jesús

Ohh Sr Jesús

Ohh Sr Jesus

Sóplate Sr en mi,

Sopla en mi tu Espíritu Amén.


Anonyme

Hermosa canción. DIOS les Bendiga.