Venimos, Señor, hoy con libetad

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1
Venimos, Señor, hoy con libertad
Para reclamar Tu poder.
Por Tu reino͜ aquí hay que batallar,
Ascendidos podremos vencer.
 
De poder, poder desde lo alto,
¡Vístenos, Señor, de Tu poder!
De poder, poder desde lo alto,
Para͜ el Cuerpo ¡danos Tu poder!
2
Oramos Señor, con tenacidad
Para reclamar Tu llover.
Por Tu Cuerpo͜ aquí lluvia celestial
Mándanos para Tu obra͜ hacer.
 
¡Lluvia! ¡Lluvia! ¡Mándanos Tu lluvia!
Desde lo͜ alto ¡lluvia derramad!
¡Lluvia! ¡Lluvia! ¡Mándanos Tu lluvia!
¡Es Tu Cuerpo que clamando͜ está!
3
Seguimos, Señor, con seguridad,
Para reclamar fuego de Ti,
Para predicar y͜ evangelizar,
Y las almas refinar aquí.
 
¡Fuego! ¡Fuego! ¡Las lenguas de fuego!
¡Para Tu mensaje proclamar!
¡Fuego! ¡Fuego! ¡Las lenguas de fuego!
¡Es Tu Cuerpo que͜ invocando͜ está!
1
Un Hermano

SER LLENOS EXTERIORMENTE DEL ESPÍRITU SANTO

Los creyentes tienen la necesidad tanto de la vida interior como del poder exterior. El Espíritu Santo de Dios en Sus dos aspectos satisface esta doble necesidad de los creyentes. La consumada obra del Espíritu Santo de vida interior en los creyentes es llenarlos interiormente en el aspecto de vida, para que ellos vivan una vida espiritual y vencedora. La obra principal del Espíritu Santo de poder exterior sobre los creyentes es llenarlos exteriormente en el aspecto del obrar, a fin de que lleven a cabo una obra de autoridad para el Señor. Por lo tanto, necesitamos ser llenos del Espíritu Santo interior y exteriormente.

La función del ser llenos exteriormente del Espíritu Santo

1. Para la obra espiritual, de modo que sea poderoso

“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y seréis Mis testigos ... hasta lo último de la tierra” (Hch. 1:8); “Al cumplirse, pues, el día de Pentecostés ... fueron todos llenos del Espíritu Santo” (Hch. 2:1-4).

Ser llenos interiormente del Espíritu Santo es para el vivir espiritual a fin de que la vida espiritual madure, mientras que ser llenos exteriormente del Espíritu Santo es para la obra espiritual a fin de que esta obra sea poderosa. Ser lleno sólo interiormente del Espíritu Santo es adecuado para el vivir, pero no para obrar. Antes de Pentecostés, aunque Pedro y los primeros apóstoles fueron llenos del Espíritu Santo interiormente, no estaban capacitados para obrar para el Señor. Esto era debido a que aún no habían sido llenos del Espíritu Santo exteriormente a fin de recibir poder para obrar para el Señor. Sólo cuando fueron llenos del Espíritu Santo exteriormente en Pentecostés y recibieron la venida del Espíritu Santo sobre sí como el Espíritu de poder, fueron impartidos con poder para llevar a cabo una obra sumamente eficaz para el Señor.

2. Para confirmar que el Señor Jesús ascendió y fue designado Señor y Cristo

“Así que, exaltado a la diestra de Dios, y habiendo recibido ... la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís ... Sepa, pues, ciertísimamente ... que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo” (Hch. 2:33-36).

Ser llenos exteriormente del Espíritu Santo también nos confirma la ascensión y exaltación del Señor y Su designación como Señor y Cristo. Ser llenos exteriormente del Espíritu Santo es capaz de impartirnos poder porque nos trae la escena celestial. El Espíritu Santo, quien nos llena exteriormente, es derramado por el Señor ascendido y por consiguiente, nos trae los cielos y la escena del Señor en los cielos. Esto nos da la sensación de que los cielos están muy cerca y que la escena celestial ha caído frente a nosotros. Ya que la escena de la exaltación y glorificación del Señor Jesús en el trono celestial es como si apareciera ante nosotros, somos capaces de testificar por el Señor en los cielos por medio del poder celestial, sin importarnos las situaciones y las dificultades terrenales.

Lecciones de vida, tomo 2

Lección 21 (LSM)