1
La tumba le͜ encerró,
Cristo, mi Cristo;
El alba͜ allí͜ esperó,
Cristo͜ el Señor.
Cristo, mi Cristo;
El alba͜ allí͜ esperó,
Cristo͜ el Señor.
Cristo la tumba venció,
Y con gran poder resucitó;
Del sepulcro͜ y muerte
Cristo͜ es vencedor,
Vive para siempre nuestro
Salvador;
¡Gloria a Dios!
¡Gloria a Dios!
El Señor resucitó.
Y con gran poder resucitó;
Del sepulcro͜ y muerte
Cristo͜ es vencedor,
Vive para siempre nuestro
Salvador;
¡Gloria a Dios!
¡Gloria a Dios!
El Señor resucitó.
2
De guardas escapó,
Cristo, mi Cristo;
El sello destruyó,
Cristo͜ el Señor.
Cristo, mi Cristo;
El sello destruyó,
Cristo͜ el Señor.
3
La muerte dominó,
Cristo, mi Cristo;
Y su poder venció,
Cristo͜ el Señor.
Cristo, mi Cristo;
Y su poder venció,
Cristo͜ el Señor.
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NUESTRO PROTOTIPO ES EL HIJO PRIMOGÉNITO DE DIOS
El Señor Jesús vivió en la tierra por treinta y tres años y medio. En algunas ocasiones, Él manifestó Su divinidad, pero la mayor parte del tiempo vivió por Su humanidad. La gente principalmente lo consideró un hombre; un hombre recto, perfecto y extraordinario. Su cualidad más extraordinaria era Su divinidad. Un día Él fue a la cruz para eliminar el pecado. En la cruz, Él también destruyó a Satanás, el origen mismo del pecado. Cuando el Señor destruyó a Satanás, Él gustó la muerte (2:9), y al gustar la muerte, la absorbió. Mediante la muerte todo-inclusiva de Cristo, todas las cosas negativas del universo, incluyendo el pecado, Satanás y la muerte, fueron destruidas y pasaron a ser historia. Después de Su crucifixión, el Señor Jesús descansó por tres días. Según consta en la Biblia, mientras Él descansaba en la tumba, hizo un recorrido turístico por el Hades. Esto le proveyó al Hades una oportunidad para atacarlo por todos los medios, lo cual dejó claro que el Hades no pudo hacer nada para causarle daño. Después que hubo descansado y terminado Su recorrido, Él salió del Hades y se levantó de la tumba para emerger en resurrección. Mediante Su resurrección, Él nació con humanidad en la filiación divina, y de este modo llegó a ser el Hijo primogénito de Dios. Lo más sorprendente acerca de Cristo como Hijo primogénito de Dios, es que en Él todas las cosas negativas, incluyendo el pecado, Satanás y la muerte, quedaron atrás. Él es una persona que posee divinidad y humanidad; Su divinidad está mezclada con una humanidad elevada, y la humanidad es una sola entidad con la divinidad. Por último, Él entró en la gloria, e incluso en la glorificación. Entrar en la glorificación es mucho mejor que entrar en la gloria, ya que, para entrar en la gloria no se requiere pasar por ningún proceso, mientras que para entrar en la glorificación sí. El Señor Jesús, como Hijo primogénito de Dios, tuvo que pasar por un proceso para entrar en la gloria. Este proceso constituyó Su glorificación.
Estudio-vida de Hebreos
Mensaje 38 (LSM)
Monterrey, Nuevo León, Mexico
Gloria a Dios!!!
El Señor resucitó!!!