1
Necesitas a Cristo͜ el Salvador:
El mismo Dios que͜ un día se͜ encarnó;
En Su cuerpo sufrió todo dolor,
Y por tus manchas El murió,
¡Le necesitas!
El mismo Dios que͜ un día se͜ encarnó;
En Su cuerpo sufrió todo dolor,
Y por tus manchas El murió,
¡Le necesitas!
¡Necesitas, necesitas,
Necesitas a Jesús!
¡Sí, para tu redención!
Sí, para tu salvación!
¡Y para vida͜ eternal!
¡Le necesitas!
Necesitas a Jesús!
¡Sí, para tu redención!
Sí, para tu salvación!
¡Y para vida͜ eternal!
¡Le necesitas!
2
De los muertos Jesús resucitó,
Para la vida͜ eterna impartir;
Si le͜ invocas y cre͡es de corazón,
Lo que te falta͜ ha de suplir,
¡Le necesitas!
Para la vida͜ eterna impartir;
Si le͜ invocas y cre͡es de corazón,
Lo que te falta͜ ha de suplir,
¡Le necesitas!
3
Tu͜ alma͜ oscura El iluminará,
De tus pecados El te librará;
Con Su sangre tus manchas lavará,
La vida de Dios te dará,
¡Le necesitas!
De tus pecados El te librará;
Con Su sangre tus manchas lavará,
La vida de Dios te dará,
¡Le necesitas!
4
En tu vida sientes una͜ escasez,
Y por los años crece más y más;
Sólo Cristo la puede͜ en ti saciar;
Tu vanidad desafiará,
¡Le necesitas!
Y por los años crece más y más;
Sólo Cristo la puede͜ en ti saciar;
Tu vanidad desafiará,
¡Le necesitas!
¡Necesitas, necesitas,
Necesitas a Jesús!
Para͜ huir de vanidad,
Y͜ obtener la re͡alidad,
Valor a tu vida dar,
¡Le necesitas!
Necesitas a Jesús!
Para͜ huir de vanidad,
Y͜ obtener la re͡alidad,
Valor a tu vida dar,
¡Le necesitas!
5
Este mundo de luchas y afán
En los apuros no te da sostén;
Todo͜ es vano, ¿en qué puedes confiar?
Aquí te muestra todo que,
¡Le necesitas!
En los apuros no te da sostén;
Todo͜ es vano, ¿en qué puedes confiar?
Aquí te muestra todo que,
¡Le necesitas!
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Es como Espíritu vivificante que Él puede ser nuestra vida y nuestro suministro de vida. Cuando le recibimos como Salvador crucificado y resucitado, el Espíritu vivificante entra en nosotros para impartirnos vida eterna.
Los creyentes somos personas que tenemos la vida divina en nuestro ser. Hemos recibido otra vida —la vida eterna— además de nuestra vida humana. Ahora debemos aprender a vivir no por la vida humana, sino por la vida divina en la vida humana. Esto no consiste en un intercambio de vida, es decir, no es que la vida humana haya sido intercambiada por la vida divina; más bien, consiste en vivir una vida mezclada, la vida divina mezclada con la vida humana. Ahora que tenemos estas dos vidas, no debemos vivir en nuestra vida humana ajenos a la vida divina; al contrario, debemos vivir por la vida divina en la vida humana. Que esta vida divina nos fuera dada es una obra realizada por el Espíritu Santo.
LA CONCLUSIÓN
DEL NUEVO TESTAMENTO
MENSAJE 87 (LSM)
San Pedro Sula, Cortes
Buenos días, Por favor puede enviarme esta canción en español para cantarla la en nuestra congregación, se lo agradeceré mucho.