No sé porque el sumo Dios

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1
No sé por qué el sumo Dios
Su gracia reveló,
Ni por qué͜ indigno como soy
Jesús me redimió.
 
Mas yo sé a quién he creído
Y͜ estoy seguro que͜ es poderoso,
Guardando lo encomendado
Hasta el día en que vendrá.
2
No sé cómo Su fe me dio
Para salvarme͜ así,
Ni cómo Su Palabra fiel
Tal paz legó en mí.
3
No sé cómo͜ el Espíritu
Convence͜ al pecador,
Y la Palabra de Jesús
Le͜ infunde fe͜ y amor.
4
No sé si͜ el bien o si el mal
Me͜ esperan hoy aquí,
O si tristeza͜ o gozo͜ habrá
Antes de Tu venir.
5
No sé cuándo͜ el Señor vendrá,
De noche ó͜ al clarear,
Ni sé si he de fallecer
O si me raptará.
1
Un Hermano

a. Nos dio vida juntamente con Cristo

para nuestra salvación por gracia

Dios nos dio vida juntamente con Cristo para nuestra salvación por gracia. En Efesios 2:5 Pablo dice: “Aun estando nosotros muertos en delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvos)”. Aquí la salvación por gracia no es meramente la salvación del juicio y condenación de Dios ni meramente la salvación del lago de fuego, sino que es la salvación que nos salva por completo (He. 7:25), la salvación que nos salva de todo cuanto nos reprime, oprime, esclaviza O retiene.

Como pecadores, necesitamos el perdón y la justificación de Dios, pero como aquellos que estamos muertos en delitos y pecados (Ef. 2:1), necesitamos ser vivificados. El perdón y la justificación nos hacen volver a la presencia de Dios para disfrutar Su gracia y participar de Su vida, mientras que el ser vivificados hace que nosotros, miembros vivos del Cuerpo de Cristo, lo expresemos. Dios nos vivificó impartiendo Su vida eterna, la cual es Cristo mismo (Col. 3:4), en nuestro espíritu muerto por medio de Su Espíritu de vida (Ro. 8:2). Dios nos vivificó cuando vivificó al Jesús crucificado. Por tanto, nos dio vida juntamente con Cristo.

En Efesios 2:5 Pablo dice: “Por gracia habéis sido salvos”. La gracia es gratuita. Aquí denota no sólo que Dios se imparte gratuitamente a nosotros para nuestro disfrute, sino que también nos da Su salvación gratuitamente. Por tal gracia hemos sido salvos de nuestra posición miserable de muerte para entrar en la esfera maravillosa de la vida.

Fuimos salvos no sólo como pecadores, sino también como personas muertas, y no sólo por medio de la muerte de Cristo y con Su redención, sino también por medio de Su resurrección con la vida de resurrección que nos trajo, e incluso por Su ascensión con la trascendencia de la misma. Ésta es la salvación que lo trasciende todo, la cual fue dada a los pecadores muertos por el Cristo encarnado, crucificado, resucitado y ascendido, quien es la corporificación misma del Dios Triuno procesado. Tal salvación produce, para Su expresión, la iglesia como fruto de la Trinidad Divina procesada.

La Conclusión del

Nuevo Testamento:

Mensaje 335 (LSM)