Señor, eres el Alfa

1
Señor, eres el Alfa,
La͜ Omega y͜ el Amén;
Eres Primero͜ en todo,
Y͜ el Ultimo también,
Tú eres el Principio,
Y͜ el único Final;
En Ti se͜ incluye todo
Lo que creado͜ está.
2
Ya que Tú͜ eres el Alfa,
Todo comienza͜ en Ti;
Y por ser Tú la͜ Omega,
Todo termina͜ en Ti.
Por ser el Alfabeto
Toda composición
De Ti está compuesta,
Hasta la conclusión.
3
Como͜ el Primero eres
Cabeza͜ en la creación;
Por Ti todo consiste,
Eres la͜ iniciación.
Como͜ Ultimo Tú eres
La gran consumación;
Y para Ti subsiste
La͜ entera creación.
4
Ya que͜ eres el Principio,
Precedes la cre͡ación;
Y como͜ el fin heredas
Todo como porción.
El único Principio
Que todo͜ originó,
El fin de todo eres
Y la terminación.
5
Señor, te alabamos
Por ser Principio͜ y Fin;
Como͜ Alfa͜ y como͜ Omega
Se rinde todo͜ a Ti.
Como͜ el Primero͜ en todo,
Recibe nuestro͜ amor;
Como͜ Ultimo mereces
Eterna͜ adoración.
1
Un Hermano

16. Cristo es el Alfa y la Omega

En Apocalipsis 22:12-13 Cristo es revelado como el Alfa y la Omega. En Apocalipsis 22:13 el Señor Jesús dice: “Yo soy el Alfa y la Omega”. Ésta es la declaración del Señor al final de este libro; corresponde a lo que Dios declaró al principio de este libro. Apocalipsis 1:8 dice que el Señor Dios es el Alfa y la Omega. Esto indica que el Señor Jesús es Dios. Esto también muestra que Dios y el Señor Jesús son uno y que el Hijo y el Padre jamás podrían ser separados.

El Dios eterno y todopoderoso es el Alfa, el comienzo, porque Él da origen a Su propósito eterno, y la Omega, el final, porque lo lleva a su consumación. En el libro de Génesis, Él era el Alfa. Ahora, en el libro de Apocalipsis, Él es la Omega. Él completará todo lo que originó. En Su gobierno, Él continúa Su operación universal, la cual inició desde la eternidad y la cual completará (21:6). Aunque el hombre cayó, Dios todavía tiene la intención de llevar a cabo Su economía. Él es el Dios con quien está el principio y el fin, el Alfa y la Omega. Una vez que Él inicia algo, jamás renunciará a ello. Como Alfa, Dios es el principio; Él dio origen a todas las cosas del universo. Él será la Omega, el final para la compleción de Su propósito eterno; Él finalizará y terminará lo que inició.

1) El factor básico de la Biblia,

de la iglesia y de nuestro vivir

Por ser el Alfa y la Omega, Cristo es el factor básico en la composición de la Biblia. Por tanto, podemos afirmar con toda veracidad que la Biblia está escrita con Cristo. Cristo es las letras que componen cada versículo de la Biblia. La Deidad en Su totalidad, corporificada en Cristo, constituye el alfabeto divino. En realidad, el Nuevo Testamento no está compuesto por las letras del alfabeto griego; más bien, está compuesto por las letras del alfabeto divino y celestial, las cuales son el propio Dios Triuno.

En nuestro vivir humano, Cristo debe ser la totalidad del alfabeto. Si Él es nuestro alfabeto, automáticamente se convertirá en cada palabra, cada oración, cada párrafo, cada capítulo y, por último, todo el libro. La economía de Dios consiste en que todo nuestro vivir humano sea escrito, compuesto, con Cristo como único factor. Cristo es todo-extenso; Él viene a llenar cada parte de nuestro vivir. Por tanto, el diccionario de nuestra vida cristiana debe tener una sola palabra: Cristo.

2) El Principio y el Fin

El Señor Jesús no solamente es el Primero, sino también el Principio; Él no solamente es el Último, sino también el Fin. “El Primero” denota que nadie fue antes de Cristo, y “el Último” denota que nadie vendrá después de Él; “el Principio” indica que Él es el origen de todas las cosas, y “el Fin” indica que es la consumación de todas ellas. Por consiguiente, estas expresiones no sólo denotan que no hay nada antes ni después del Señor Jesús, sino también que sin Él no hay origen ni consumación. Esto nos asegura que el Señor es fuerte para prometer, para alentarnos y para fortalecernos. Él llevará a cabo todo cuanto dijo en Apocalipsis.

Cristo es el Principio, y como tal, nada lo precede; Cristo es el Final, y como tal, nada viene después de Él. Esto significa que ni antes de Cristo ni después de Cristo hay algún otro. Cristo lo es todo. Tenemos que experimentar a tal Cristo de manera plena y completa, desde el Alfa hasta la Omega de manera íntegra. Antes del Alfa no hay ninguna letra, y después de la Omega tampoco hay ninguna letra. El Alfa es el principio, y la Omega es el final.

Debido a que el Señor lo es todo para nosotros y debido a que Él es tan fuerte, no debiéramos buscar pretextos diciendo que somos débiles y que nuestro entorno es muy difícil. Cuanto más difícil sea nuestro entorno, más rico será el Señor para nosotros. Cuanto más nos pongan a prueba nuestras circunstancias, más fuerte será el Señor para nosotros. Tenemos que ejercitar nuestra fe poniéndola en esta Persona todo-inclusiva, Aquel que es el Alfa, la Omega, el Primero, el Último, el Principio y el Fin. Con Él no hay problemas. Por tanto, tenemos que sumergirnos en Él, creer en Él y descansar en Él.

La conclusión del

Nuevo Testamento,

Mensaje 434 (LSM)