Qué admirable redención

1
¡Qué admirable redención
Se halla͜ en Ti, Señor!
¡Jamás se vio, se͜ oyó͜ o pensó
Lo que logró Tu͜ amor!
Divino͜ y misterioso Tú
Excedes todo͜ hablar!
¡Tan admirable redención
Excede mi͜ alabar!
2
Te traspasaron en la cruz
Para͜ agua͜ y sangre͜ hallar;
Así Tu vida se nos dio
Y redención sin par.
Preciosa sangre nos limpió,
Para͜ aceptados ser;
Tu vida nos regeneró,
Para la͜ unión tener.
3
El grano eres que murió
Para muchos llevar,
Mezclados en perfecta͜ unión
Tu Cuerpo formarán.
Somos Tu incremento͜ y Tú
El contenido que
Nos vivificas con poder,
Manifestándote.
4
Ya que Tu Cuerpo somos hoy,
Morando͜ en él estás;
Debemos ser Tu dulce͜ hogar,
Confianza te será.
Tu complemento somos y
Tu gran satisfacción;
Un Cuerpo͜ en Ti somos, Señor
Y Tú, nuestra porción.
5
Al contemplar los símbolos
Nos hacen recordar
A Tu Persona͜ y redención,
Y alabanzas dar.
Por ser Tu novia, oh Señor,
Tu misma͜ habitación,
Te damos gracias y loor
En nuestra͜ adoración.
2
Hna. Gabriela Menez López

Ciudad De México, Localidad Del Valle, Mexico

El grano Eres que murió para muchos llevar, mezclados en perfecta unión Tú Cuerpo formarán, somos el complemento y Tú el contenido que, nos vivificas con poder, manifestándote. Por medio de la obra de CRISTO en la CRUZ. Heb 2:14 Así que por cuanto los hijos Son participantes de sangre y de carne, de igual manera El participó también de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tiene el imperio de la muerte, esto es al diablo.


Ernesto Isasi

San Juan

Que Admirable Redención!. Nota de Romanos 3:24 dice: Redimir es volver a comprar a cierto precio. Nosotros originalmente pertenecíamos a Dios pero nos perdimos mediante el pecado. Los requisitos de la santidad, de la justicia y de la gloria de Dios que pesaban sobre nosotros eran tan grandes que era imposible satisfacerlos. Sin embargo, Dios pagó el precio por nosotros mediante Cristo, recuperándonos a gran precio. Cristo murió en la cruz para redimirnos (Gá. 3:13; Tit. 2:14; 1 P. 2:24; 3:18); Su sangre obtuvo eterna redención para nosotros (1 P. 1:18-19).