1
¡Oh, qué nombre se le dio
Al santo Hijo de Dios!
“Varón de dolores” fue
¡Aleluya! ¡Cristo salva!
Al santo Hijo de Dios!
“Varón de dolores” fue
¡Aleluya! ¡Cristo salva!
2
Mofa y desdén sufrió,
Mi condenación llevó,
El por mi perdón sangró,
¡Aleluya! ¡Cristo salva!
Mi condenación llevó,
El por mi perdón sangró,
¡Aleluya! ¡Cristo salva!
3
Siendo͜ un débil reo yo,
Mas el Cordero de Dios
Plena redención logró,
¡Aleluya! ¡Cristo salva!
Mas el Cordero de Dios
Plena redención logró,
¡Aleluya! ¡Cristo salva!
4
Levantado, El murió,
“¡Consumado es! clamó;”
Dios al cielo le͜ exaltó,
¡Aleluya! ¡Cristo salva!
“¡Consumado es! clamó;”
Dios al cielo le͜ exaltó,
¡Aleluya! ¡Cristo salva!
5
En Su gloria͜ el Rey vendrá,
En Su reino nos pondrá,
Y de nuevo͜ hay que cantar:
¡Aleluya! ¡Cristo salva!
En Su reino nos pondrá,
Y de nuevo͜ hay que cantar:
¡Aleluya! ¡Cristo salva!
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Como hombre perfecto
lleva una vida humana
humilde y penosa
1. Crece como planta tierna delante de Jehová
y como raíz de tierra seca
Primero, Él creció como planta tierna (como persona frágil y pequeña) delante de Jehová (Is. 53:2a). Aquí la palabra planta se refiere a un retoño, el cual es muy tierno, pequeño y frágil. Cristo no creció como un gran árbol, sino como un pequeño y delicado retoño. Debido a que Él fue tal clase de persona, nadie le prestaba especial atención. Además, Él creció como raíz de tierra seca, lo cual quiere decir que nació en una familia pobre. Su madre, María, y el esposo de ella, José, vivían en Nazaret, una ciudad menospreciada, y en Galilea, una región menospreciada. Es verdad que ellos eran descendientes de David, pero David reinó aproximadamente mil años antes que Jesús naciera. Cuando María y José nacieron, la familia real se había vuelto insignificante. En Isaías 11:1 la familia real de Isaí es comparada al tocón de un árbol. De ese tocón, salió un retoño: Cristo. Por tanto, Su nacimiento fue un nacimiento muy humilde.
2. No tiene aspecto atractivo ni majestad
para que le miren
En segundo lugar, el Señor Jesús no tenía aspecto atractivo ni majestad para que le miraran, ni apariencia hermosa para que le desearan (53:2b). Si Jesús hubiese sido apuesto y atractivo, majestuoso y poderoso, todos se habrían sentido atraídos hacia Él. Pero Jesús no tenía aspecto atractivo ni majestad, ni tampoco poseía una apariencia hermosa. En lugar de ser majestuoso, Jesús era pobre, y en lugar de tener aspecto atractivo, Su semblante y figura estaban desfigurados (52:14).
3. Es despreciado y desechado de los hombres,
como uno de quien los hombres esconden el rostro,
y no es estimado por ellos
En tercer lugar, Cristo fue despreciado y desechado de los hombres, como uno de quien los hombres esconden el rostro, y no es estimado por ellos (53:3). Con frecuencia, cuando los judíos le veían, escondían de Él su rostro. Cuando Él estaba en la cruz, muchos escondieron su rostro de Él; más aún, ellos no le estimaban ni respetaban. Ésta fue la vida humana que tuvo Cristo.
4. Vive como varón de dolores
y experimentado en aflicción
En cuarto lugar, Cristo vivió como varón de dolores y experimentado en aflicción (53:3a). Cristo, como hombre en Su vivir humano, no era poseedor de riquezas; más bien, tuvo muchas penas. Además, era una persona experimentada en aflicción. Sólo experimentaba penas y aflicciones. Esto no tenía directamente como finalidad efectuar la redención; más bien, formaba parte de las cualidades necesarias para que Cristo efectuara la redención.
Estudio-vida de Isaías
Mensaje 50 (LSM)