Si͜ el corazón se vuelve͜ al Señor,
El velo quitado será.
Tu corazón hoy vuelve͜ al Señor,
Y͜ el velo quitado será.
El Señor es el Espíritu,͜ y
Donde͜ está el Espíritu,
¡Allí hay libertad!
Si͜ el corazón se vuelve͜ al Señor,
El velo quitado será.
El velo quitado será.
Tu corazón hoy vuelve͜ al Señor,
Y͜ el velo quitado será.
El Señor es el Espíritu,͜ y
Donde͜ está el Espíritu,
¡Allí hay libertad!
Si͜ el corazón se vuelve͜ al Señor,
El velo quitado será.
Si͜ el corazón se vuelve͜ al Señor,
El velo quitado será.
Tu corazón hoy vuelve͜ al Señor,
Y͜ el velo quitado será.
El Señor es el Espíritu,͜ y
Donde͜ está el Espíritu,
¡Allí hay libertad!
Si͜ el corazón se vuelve͜ al Señor,
El velo quitado será.
El velo quitado será.
Tu corazón hoy vuelve͜ al Señor,
Y͜ el velo quitado será.
El Señor es el Espíritu,͜ y
Donde͜ está el Espíritu,
¡Allí hay libertad!
Si͜ el corazón se vuelve͜ al Señor,
El velo quitado será.
Delete Comment
Are you sure you want to delete this comment?
Le miramos a cara descubierta
y reflejamos Su gloria
En 2 Corintios 3:18 Pablo dice: “Nosotros todos, a cara descubierta mirando y reflejando como un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Señor Espíritu”.
A cara descubierta
Al contemplar al Señor día tras día en todas nuestras situaciones, con el tiempo reflejaremos al Señor y seremos transformados a Su imagen de gloria en gloria. En otras palabras, si nos abrimos un poco al Señor el día de hoy, entonces veremos algo de Él hoy. Si mañana nos abrimos más a Él, entonces mañana veremos algo más de Él. Somos como un espejo que a cara descubierta está orientado hacia Él. Cuanto más nos enfoquemos en Él y nos acerquemos a Él, más claro y glorioso será el reflejo que irradiaremos de Su gloria.
Un rostro descubierto es un corazón vuelto al Señor. Cuando nuestro corazón se vuelve al Señor, el velo es quitado. En realidad, nuestro corazón que no está vuelto al Señor es el velo. Volver nuestro corazón al Señor es quitar el velo. Nuestro corazón es el factor crucial respecto a nuestro disfrute del Señor como Espíritu vivificante y respecto a que seamos transformados a la imagen del Señor. Si hemos de disfrutar al Señor como Espíritu viviente y ser transformados por Él, tenemos que tomar medidas con respecto a nuestro corazón. Nuestro corazón tiene que ser un corazón vuelto al Señor.
Siempre que nuestro corazón ama al Señor y se vuelve a Él, nuestro corazón y nuestro rostro que están orientados hacia Él se encuentran libres de velos. Podemos entonces contemplarle cara a cara y tener comunión con Él todos los días. El Señor, por medio de Su Espíritu, habrá de llenar nuestro ser —nuestra mente, parte emotiva y voluntad— con Su gloria y consigo mismo como Espíritu. Por consiguiente, todo aquello que pensemos, amemos O escojamos, tendrá la imagen del Señor, pues todo ello tendrá el elemento del Señor.
La Conclusión
del Nuevo Testamento,
Mensaje 401 (LSM)
Belleville, NJ, United States
Mi corazón hoy vuelvo al Señor !!! 🙌💧🙏
Tu corazón hoy vuelve al Señor!