En el monte Calvario estaba una cruz

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1
En el monte Calvario estaba͜ una cruz,
El emblema de͜ afrenta͜ y dolor,
Mas yo amo͜ esa cruz do murió mi Jesús
Por salvar al más vil pecador.
En el monte Calvario estaba͜ una cruz,
El emblema de͜ afrenta͜ y dolor,
Mas yo amo͜ esa cruz do murió mi Jesús
Por salvar al más vil pecador.
 
¡Oh! yo siempre͜ amaré esa cruz,
En sus triunfos mi gloria será¡;
Y͜ algún día en vez de͜ una cruz,
Mi corona Jesús me dará¡.
¡Oh! yo siempre͜ amaré esa cruz,
En sus triunfos mi gloria será¡;
Y͜ algún día en vez de͜ una cruz,
Mi corona Jesús me dará¡.
2
Aunque͜ el mundo desprecie la cruz de Jesús,
Para mí tiene suma͜ atracción;
Pues en ella llevó el Cordero de Dios
De mi alma la condenación.
Aunque͜ el mundo desprecie la cruz de Jesús,
Para mí tiene suma͜ atracción;
Pues en ella llevó el Cordero de Dios
De mi alma la condenación.
3
En la cruz de Jesús do Su sangre vertió,
Hermosura contemplo sin par;
Pues en ella triunfante͜ a la muerte venció
Y mi ser puede santificar.
En la cruz de Jesús do Su sangre vertió,
Hermosura contemplo sin par;
Pues en ella triunfante͜ a la muerte venció
Y mi ser puede santificar.
4
Yo seré siempre fiel a la cruz de Jesús,
Sus desprecios con El llevaré,
Y͜ algún dí­a feliz con los santos en luz
Para siempre Su gloria veré.
Yo seré siempre fiel a la cruz de Jesús,
Sus desprecios con El llevaré,
Y͜ algún dí­a feliz con los santos en luz
Para siempre Su gloria veré.
21
Pedro

Bayamon, P.R., Puerto Rico

Esté himno nos muestra que, si nos rechazamos a nosotros mismos, ésta vendrá a ser nuestra experiencia. No es necesario que nos esforcemos por ir al Calvario; antes bien, lo único que necesitamos es ejercitar nuestra voluntad y tomar la decisión de rechazarnos a nosotros mismos. Cuando las circunstancias sean difíciles para para nosotros, en vez de sentir lástima por nosotros, tomemos la cruz y permanezcamos bajo la muerte de cruz. Entonces descubriremos que donde está la muerte, allí también está el poder de la resurrección. Entonces, inmediatamente el Espíritu, quien es el poder de la resurrección, actuará en nosotros, y cantaremos con gozo: “Dulce es morir con Cristo”. Nos sentiremos muy contento de ir al Calvario. Ésta es la vida cristiana.

La Experiencia que tenemos de Cristo

Capítulo 16