Estamos rebosando

Cs6 E1098 G1098 R101 S64 T1098
1
Estamos rebosando
Con la palabra buena,
De nuestra experiencia
Con nuestro͜ amado Rey.
Con lenguas como plumas
De͜ escribientes ligeros
Narramos las delicias
De nuestro Novio fiel.
2
Jesús, el más hermoso
De los hijos de hombres;
Con Tu bondad trasciendes—
¡Aleluya! ¡Amén!
Se derramó͜ en Tus labios
Tan abundante gracia,
Por eso te bendijo
El Dios de Israel.
3
Tú eres el Valiente,
Cabalgas en victoria;
En gloria majestuosa
Triunfantemente vas.
Bajo de Ti los pueblos
Caerán por Tus conquistas;
Tus saetas agudas
Pasaron por Satán.
4
Tu trono,͜ oh Dios, por siempre
Perdurará͜ inmutable;
Y͜ el cetro de Tu reino
Firme͜ en la tierra͜ está.
Con óleo de͜ alegría
El Dios Tuyo te͜ ungió
Más que͜ a Tus compañeros.
¡Grande͜ es Tu dignidad!
5
Mirra, áloe͜ y casia
Exhalan Tus vestidos,
Ellas van prediciendo
Muerte͜ y resurrección.
En todas las iglesias
(Palacios de marfil),
Los santos te alaban
Con grande͜ exaltación.
2
Un Hermano

LA ORACIÓN Y EL EJERCICIO DEL ESPÍRITU

Mientras recibimos esta trasmisión celestial de parte del Señor, no sólo recibimos las riquezas de Cristo, sino que también experimentamos Su plenitud. Esto significa que somos llenos hasta desbordar. La plenitud tiene que ver con las riquezas; pero es posible experimentar las riquezas y no la plenitud. El que las riquezas de Cristo lleguen a ser para nosotros la plenitud de Cristo depende de si hemos sido llenos de estas riquezas hasta el límite de nuestra capacidad. Si las riquezas exceden la demanda, podemos hablar de plenitud; pero si ellas no la sobrepasan, obviamente no se puede hablar de plenitud. Las riquezas de Cristo son universalmente extensas y jamás son inferiores a la demanda. Sin importar cuál sea nuestra capacidad, las riquezas de Cristo la sobrepasan. Siempre podemos ser llenos de las riquezas hasta desbordar. Por más rico que un hombre sea, si sus riquezas sólo alcanzan para darle un dólar a cada hombre en la tierra, sus riquezas no llegan a ser la plenitud. Sus riquezas no son suficientes como para hacer a todos los hombres excesivamente ricos. En cambio, las riquezas de Cristo son universalmente extensas; son suficientes para llenarnos a todos hasta el límite de nuestra capacidad.

Estudio-vida de Colosenses

Mensaje 48 (LSM)


Ricardo

Santa Cruz, Bolivia

Gloria al Señor por nuestro amado Novio. Lo amamos como nuestro Redentor, lo amamos como Espíritu vivificante y lo amamos como nuestro amado y dulce Novio!