Salvador, yo te alabo

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1
Salvador, yo te alabo,
Tu amor logró triunfar;
Me͜ has salvado y llenado
Para͜ hacerme Tu canal.
 
Nada más que Tus canales
Somos por Tu gracia hoy,
Mas fluyendo Tú͜ en nosotros
Nos podrás usar, Señor.
2
Un canal de bendiciones
Al sediento corazón,
Que proclame el mensaje
De Tu grande salvación.
3
Como͜ un vaso en Tus manos
Necesito Tu llenar;
No mi fuerza, mas Tu gracia
Tiene que suministrar.
4
Testifico de Tu gracia,
Me libró de la maldad;
Me compraste, yo soy Tuyo,
Ven, Señor, lléname ya.
5
Que Tu͜ Espíritu hoy llene
El rendido corazón,
Para que las aguas vivas
Fluyan del hombre͜ interior.
1
Un Hermano

CRISTO LO ES TODO

En las cuatro epístolas que constituyen el corazón de la revelación divina, a saber, Gálatas, Efesios, Filipenses y Colosenses, Pablo descorre el velo para darnos a conocer quién es Cristo y todo lo que El es. Cristo es inmensurable, pues El lo es todo; El es la realidad de todas las cosas positivas del universo; El es la realidad de Dios, del hombre, de la eternidad, de la luz y de la vida. Sencillamente, nos hacen falta palabras para describir quién es Cristo y todo lo que El es.

¿Cuánto conocíamos de Cristo antes de venir al recobro del Señor y recibir la revelación contenida en estas cuatro epístolas? Es posible que sólo supiéramos que Cristo es el Hijo de Dios, quien fue enviado por el Padre en Su misericordia para morir en la cruz y salvar a los pecadores. Tal vez sabíamos que El nació de una virgen, murió en la cruz, resucitó de entre los muertos, y que fue exaltado a los cielos. Como resultado de ello, creímos en El como nuestro querido Redentor y precioso Salvador, y fuimos salvos. Luego, comprendimos que lo necesitábamos para llevar una vida que glorifique al Padre. Es bueno conocer a Cristo de esta manera; sin embargo, este conocimiento es aún limitado.

Estudio-vida de Filipenses

Mensaje 19 (LSM)