1
Hazlo que quieras,
Hazlo, Señor;
Tú͜ el Alfarero,
Yo͜ el barro soy.
Hazme conforme͜ a
Tu voluntad,
Mientras yo cedo
Gozo Tu paz.
Hazlo, Señor;
Tú͜ el Alfarero,
Yo͜ el barro soy.
Hazme conforme͜ a
Tu voluntad,
Mientras yo cedo
Gozo Tu paz.
2
Haz lo que quieras,
Hazlo, Señor;
Hoy escudriña
Mi corazón.
Lávame, quita
Toda maldad,
Mientras me͜ humillo
Frente͜ a Tu faz.
Hazlo, Señor;
Hoy escudriña
Mi corazón.
Lávame, quita
Toda maldad,
Mientras me͜ humillo
Frente͜ a Tu faz.
3
Haz lo que quieras,
Hazlo, Señor;
Herido͜ y pobre,
Busco Tu͜ amor.
Cierto que͜ es Tuyo
Todo poder;
Salvador mío,
Sana mi ser.
Hazlo, Señor;
Herido͜ y pobre,
Busco Tu͜ amor.
Cierto que͜ es Tuyo
Todo poder;
Salvador mío,
Sana mi ser.
4
Haz lo que quieras,
Hazlo, Señor;
Conquista todo
Mi corazón.
Oh que me llene
Tu͜ Espíritu,
Hasta que͜ exprese
Tu plenitud.
Hazlo, Señor;
Conquista todo
Mi corazón.
Oh que me llene
Tu͜ Espíritu,
Hasta que͜ exprese
Tu plenitud.
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JEHOVÁ, COMO ALFARERO, E ISRAEL,
COMO SU OBJETO DE ALFARERÍA
Lectura bíblica: Jer. 18—20
Por ser el Alfarero, Dios tiene absoluto derecho sobre nosotros. Con respecto a nosotros, Él tiene derecho a hacer como le place. Este pensamiento es hallado no solamente en Jeremías 18—20, sino también en Romanos 9. Creo que Pablo estaba considerando estos capítulos de Jeremías mientras escribía Romanos 9, que trata sobre la soberanía de Dios en Su elección. En el versículo 21 él pregunta: “¿O no tiene autoridad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ”. Dios, el Alfarero, ciertamente tiene tal autoridad. Su elección se realiza en concordancia con Sus derechos absolutos sobre nosotros. Él puede escoger un vaso y rechazar otro. Él tiene pleno derecho a hacer lo que le plazca con el objeto de Su alfarería.
Con base en lo dicho por Jeremías en 15:10—17:27 podemos ver que había algo en Jeremías que era diferente del pensamiento de Dios concerniente a Israel. Creo que Jeremías sentía que el juicio de Dios sobre Israel era demasiado severo. Por lo menos, él no estaba satisfecho con la situación. En cierto sentido, él argumentaba con Dios. En lugar de argumentar directamente con Dios, Jeremías argumentó indirectamente con Él al expresar sus sentimientos a su madre diciendo: “¡Ay de mí, madre mía! , porque tú me diste a luz / como hombre de contienda y hombre de discordia para toda la tierra” (15:10a). Éstas son palabras muy fuertes. Dios no le dio a la madre de Jeremías ocasión de responder, sino que intervino para hablarle a Jeremías e, incluso, para argumentar con él. Al hablarle, Dios le preguntó: “¿Puede alguno quebrar el hierro, / el hierro del norte, O el bronce? ” (v. 12). Aquí Dios indica que estaba resuelto a usar a los babilonios como hierro con el cual juzgaría y castigaría a Israel.
Inmediatamente después de esta sección en la que él relata su experiencia de argumentar con Dios, Jeremías escribió la sección de su profecía donde habla de Jehová como Alfarero y de Israel como objeto de Su alfarería. Esta sección deja bien en claro que Dios tiene absoluta libertad para hacer todo cuanto desea con Su pueblo. Él tiene pleno derecho, tal como un alfarero tiene pleno derecho sobre el objeto de su alfarería. Si vemos esto podremos entender estos tres capítulos.
I. JEHOVÁ ES EL ALFARERO SOBERANO
Jeremías 18:1-10 revela que Jehová es el Alfarero soberano, Aquel que posee absoluto derecho sobre el objeto de Su alfarería.
A. El alfarero hace y rehace
el objeto de Su alfarería
Jehová le dijo a Jeremías que descendiera a casa del alfarero (vs. 1-2). Allí, Jeremías vio que el alfarero, al trabajar sobre la rueda, hacía y rehacía el objeto de Su alfarería transformándolo en otra vasija, según le parecía mejor a él (vs. 3-4). Esto indica que el alfarero tiene pleno derecho a hacer todo cuanto desea con el barro.
B. Jehová, el Alfarero soberano,
puede trabajar con la casa de Israel,
como barro en Sus manos,
procediendo de diversas maneras
Jehová, el Alfarero soberano, puede trabajar con la casa de Israel, como barro en Sus manos, procediendo de diversas maneras según la condición en que se encuentre Israel (vs. 6-10). El versículo 6 dice: “¿No podré Yo hacer de vosotros, oh casa de Israel, como este alfarero? , declara Jehová. He aquí, como el barro en manos del alfarero, así sois vosotros en Mis manos, oh casa de Israel”. Estas palabras dirigidas a Israel también están dirigidas al profeta; son palabras que habrían de esclarecer su concepto. Jehová parecía decirle a Jeremías: “No me impidas hacer lo que me plazca hacer con la casa de Israel. Israel es como barro en Mis manos, y Yo trato con ellos de diversas maneras. Dependiendo de su condición, Yo puedo castigarlos O exaltarlos”.
Estudio-vida de Jeremías
Mensaje 18 (LSM)
Querétaro, Mexico
¡Santificado sea Tú nombre, venga Tú reino, hágase Tú voluntad! ¡Comienza primero con mi vida y mi casa! Amén.