El Santo Espíritu de Dios

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1
El Santo͜ Espíritu de Dios,
Espíritu de vida es;
Me da la vida divinal,
Para lograr Su buen placer.
2
Como͜ agua viva a mi sed,
De Su torrente vida da;
Al impartir a Cristo͜ en mí
Mi hambre El satisfará.
3
Como la luz de vida El
Disipa toda͜ oscuridad;
Al impartir a Cristo͜ en mí
Mi noche͜ en día cambiará.
4
Infunde vida con poder
A todo mi hombre͜ interior;
Al impartir a Cristo͜ así
Se cumple͜ en mí el plan de Dios.
5
El por Su ley de vida͜ en mí
Me libra de la ley del mal;
Y por Su͜ esencia divinal
El siempre me regulará.
6
Como͜ el Espíritu͜ en mi ser
Su vida fruto llevará;
Al expresar a Dios así
Trae Cristo͜ en vida͜ a los demás.
7
Por vida el Espíritu
Mi ser hoy transformando͜ está;
Renueva todo mi͜ interior,
Y͜ a Cristo me conformará.
8
Oh, que Tu͜ Espíritu, Señor,
Me llene por completo͜ a mí,
Con esa vida divinal,
Hasta que yo te͜ exprese͜ a Ti.
1
Un Hermano

LA FUENTE DE LA COMUNION DE VIDA

¿De dónde proviene la comunión de la vida? ¿Qué es la causa? ¿De qué se deriva? 1 Jn. 1:2-3 dice: Nosotros (los apóstoles) “os anunciamos (a los creyentes) la vida eterna ... para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con Su Hijo Jesucristo”. Estos versículos muestran que el apóstol nos predicó “la vida eterna” para que tuviéramos “comunión”. La vida eterna es la vida de Dios, y la vida de Dios, al entrar en nosotros, nos capacita para tener comunión. Esta comunión proviene de la vida de Dios, y por tanto, es la comunión de la vida. Por consiguiente, la comunión de vida procede de la vida de Dios; su existencia se debe a la vida de Dios, proviene de la vida de Dios y llega a nosotros por la vida de Dios. En cuanto obtenemos la vida de Dios dentro de nosotros, esta vida de Dios nos capacita para tener comunión de vida. Por lo tanto, la vida de Dios es la fuente de la comunión de vida.

EL MEDIO DE LA COMUNION DE VIDA

La vida de Dios permanece en el Espíritu Santo de Dios y mediante el Espíritu Santo de Dios la vida de Dios entra en nosotros y vive en nosotros. Por lo tanto, la comunión que nos trae la vida de Dios viene por medio del Espíritu Santo de Dios, aunque se deriva de la vida de Dios. Por eso, la Biblia también llama esta comunión “la comunión del Espíritu Santo” (2 Co. 13:14).

El Espíritu Santo es el que nos hace experimentar la vida de Dios; por lo tanto, el Espíritu Santo es el que nos capacita para tener comunión en la vida de Dios. Toda nuestra comunión de vida está en el Espíritu Santo y es producida por el Espíritu Santo. Esta es la razón por la cual Filipenses 2:1 dice: “... alguna comunión del Espíritu”.

El Espíritu Santo de Dios se mueve en nosotros, poniéndonos requisitos e instándonos por dentro, para hacer que tengamos la comunión que proviene de la vida de Dios. Por lo tanto, si deseamos tener la comunión de vida, no sólo debemos tener la vida de Dios, sino también vivir en el Espíritu Santo de Dios. La vida de Dios es la fuente de la comunión de vida, y el Espíritu Santo de Dios es el medio de la comunión de vida. Aunque la vida de Dios es la que nos da la comunión de vida, el Espíritu Santo de Dios es el que nos hace disfrutar de modo práctico esta comunión de vida. Sólo cuando vivimos en el Espíritu Santo y andamos ocupándonos del Espíritu Santo, podemos disfrutar la comunión de la vida de Dios de una manera práctica.

El conocimiento de la vida:

Capítulo 6 (LSM)