1
¿Qué te daré, Maestro?
Te diste Tú por mí.
¿Doy la mitad? ¿O te daré más?
¿O todo lo doy por Ti?
Te diste Tú por mí.
¿Doy la mitad? ¿O te daré más?
¿O todo lo doy por Ti?
Mi Salvador y Cristo,
Te diste Tú por mí.
El hogar dejaste͜ allí
Para morir por mí.
¿Qué te daré Maestro?
Te diste Tú por mí.
No la mitad, mas todo mi ser,
Yo lo daré a Ti.
Te diste Tú por mí.
El hogar dejaste͜ allí
Para morir por mí.
¿Qué te daré Maestro?
Te diste Tú por mí.
No la mitad, mas todo mi ser,
Yo lo daré a Ti.
2
¿Qué te daré, Maestro?
De mi͜ alma Redentor;
Mi don de͜ amor lo͜ ofrezco͜ a Ti hoy.
Señor, bajo Tu control.
De mi͜ alma Redentor;
Mi don de͜ amor lo͜ ofrezco͜ a Ti hoy.
Señor, bajo Tu control.
3
¿Qué te daré, Maestro?
Si Tú͜ eres el Dador.
Tiempo͜ y vigor, talento͜ y ardor
Serán Tuyos, oh Señor.
Si Tú͜ eres el Dador.
Tiempo͜ y vigor, talento͜ y ardor
Serán Tuyos, oh Señor.
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LA MUERTE TODO-INCLUSIVA DE CRISTO
Es crucial que veamos la muerte todo-inclusiva de Cristo. Debemos ver en particular cómo se presenta la muerte de Cristo en el tabernáculo. Repito que el relato del tabernáculo está presentado no sólo de acuerdo con la doctrina, sino con la experiencia espiritual. La muerte de Cristo es única, pero como las dos cortinas la representan, ésta posee dos aspectos: el aspecto objetivo relacionado con nuestros pecados y el aspecto subjetivo relacionado con nuestra carne. Escritores tales como la Sra. Jesse Penn-lewis hablan de la muerte subjetiva de Cristo; esto es, la muerte de Cristo por nosotros. En el libro titulado Gospel Dialogue [Diálogo del Evangelio], pág. 90), el hermano Nee contesta una pregunta relacionada con la diferencia entre el hecho de que Cristo muriera por nosotros y que Cristo muriera por nuestros pecados. Esta fue su respuesta:
“Cristo murió por nosotros” significa que Cristo murió por nosotros pecadores. El propósito de Su muerte es salvarnos a nosotros pecadores. Lo que El alcanzó es para nosotros; a saber, ganarnos, y liberarnos de nosotros mismos.
“Cristo murió por nuestros pecados” significa que El murió por los pecados cometidos por nosotros pecadores. El propósito es quitar nuestros pecados para que fuésemos perdonados, y salvarnos del castigo y del poder del pecado para que ya no estuviésemos bajo su dominio.
Estudio-vida de Éxodo
Mensaje 102 (LSM)
LA CEGUERA DE LOS DISCIPULOS
En el Evangelio de Marcos vemos que los discípulos del Señor estaban ciegos y sin entendimiento. En 8:31 el Señor les habló claramente con respecto a Su muerte y resurrección: “Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer muchas cosas, y ser rechazado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días”. Aunque les habló claramente, los discípulos no le entendieron.
Estudio-vida de Marcos
Mensaje 60 (LSM)
Los discípulos no recibieron la revelación de la muerte y la resurrección del Señor la primera vez, por lo cual El les volvió a hablar de ella en 9:31: “Porque enseñaba a Sus discípulos. Y les decía: El Hijo del Hombre es entregado en manos de hombres, y le matarán; y después de muerto, resucitará al tercer día”. El versículo 32 dice que “ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle”.
En 9:33-34 se da un indicio adicional que muestra cuán ciegos estaban los discípulos y lo incapaces que eran para entender la palabra del Señor acerca de Su muerte y Su resurrección. Después de que llegaron a Capernaum, el Señor les preguntó: “¿Qué discutías en el camino? ” (v. 33). Mas ellos callaron; “porque en el camino habían disputado entre sí, quién era mayor”. ¡Cuán ciegos estaban! El Señor les había dicho claramente que había de ser muerto y que después de tres días resucitaría, pero ellos no entendieron ni siquiera una palabra. De hecho, inmediatamente después de que les reveló Su muerte y Su resurrección por segunda vez, ellos discutieron entre sí quién era el mayor entre ellos.
En 10:32 el Señor Jesús subió a Jerusalén con Sus discípulos, y en 10:33-34 se narra la tercera revelación que el Señor hizo acerca de Su muerte y Su resurrección: “He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte, y le entregarán a los gentiles; y le escarnecerán, le escupirán, y le azotarán, y le matarán; y después de tres días resucitará”. Inmediatamente después de que el Señor les dijera estas palabras, Jacobo y Juan le dijeron: “Maestro, queremos que hagas por nosotros lo que te pidamos” (10:35). Al preguntarles qué querían que hiciera por ellos, dijeron: “Concédenos que en Tu gloria nos sentemos el uno a Tu derecha, y el otro a Tu izquierda” (vs. 36-37). Cuando los otros discípulos oyeron esto, “comenzaron a indignarse con respecto a Jacobo y a Juan” (v. 41). Todo esto indica que los discípulos no entendían la revelación que el Señor hacía de Su muerte y Su resurrección.
Sandy, UT, United States
I was reading a Puritan prayer as part of a Small Group Bible study and one line says, “What shall I give Thee for all Thy benefits? ” and I instantly thought of this song. My father, an Assembly of God minister, used to sing it when I was a little girl in the mid-50s. I was so happy to find your site and be able to read the lyrics and hear the beautiful melody. Thank you!