Roca de la eternidad

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1
Roca de la͜ eternidad
Que por mí hendida͜ estás;
Tu costado se rasgó
Sangre͜ y agua͜ allí fluyó,
Dando doble sanidad
Por las culpas y͜ el pecar.
Roca de la͜ eternidad
Que por mí hendida͜ estás;
Tu costado se rasgó
Sangre͜ y agua͜ allí fluyó,
Dando doble sanidad
Por las culpas y͜ el pecar.
2
Aunque obre hasta͜ el fin
No podré Tu ley cumplir;
Aunque sirva sin parar,
Aunque llore sin cesar,
Nada me podrá salvar,
Mas por gracia Tú lo͜ harás.
Aunque obre hasta͜ el fin
No podré Tu ley cumplir;
Aunque sirva sin parar,
Aunque llore sin cesar,
Nada me podrá salvar,
Mas por gracia Tú lo͜ harás.
3
Nada tengo que͜ ofrecer,
A Tu cruz me͜ aferraré;
Vísteme, desnudo͜ estoy,
Desvalido͜ a Ti yo voy,
A la fuente͜ acudiré
Lávame o moriré.
Nada tengo que͜ ofrecer,
A Tu cruz me͜ aferraré;
Vísteme, desnudo͜ estoy,
Desvalido͜ a Ti yo voy,
A la fuente͜ acudiré
Lávame o moriré.
4
Cuando tenga que͜ expirar,
Y mis ojos ya cerrar,
Cuando frente͜ al trono͜ esté
Para͜ allí comparecer,
Roca͜ hendida para mí,
Déjame͜ esconderme͜ en Ti.
Cuando tenga que͜ expirar,
Y mis ojos ya cerrar,
Cuando frente͜ al trono͜ esté
Para͜ allí comparecer,
Roca͜ hendida para mí,
Déjame͜ esconderme͜ en Ti.
2
Un Hermano

United States

SANGRE Y AGUA

Mientras Él moría en la cruz, un soldado le abrió el costado, y al instante salió sangre y agua. La sangre y el agua son dos alegorías que describen la obra redentora de Cristo. La sangre es para la redención y el agua es para la regeneración. Necesitamos la redención porque somos pecaminosos, y necesitamos la regeneración, la cual es el inicio de la secreción de la vida de resurrección de Cristo, debido a que somos solamente humanos y no tenemos la vida divina. Necesitamos la sangre para que quite nuestros pecados, y necesitamos el agua como el fluir de la vida divina para que nos haga germinar, es decir, para que introduzca la vida divina dentro de nuestro ser, a fin de que tengamos el poder de vida para vencer tantas cosas. La primera estrofa del himno #485 del himnario, dice:

Roca de la eternidad,

Que por mí hendida estás;

Tu costado se rasgó

Sangre y agua allí fluyó,

Dando doble sanidad

Por las culpas y el pecar.

El autor de este himno hace referencia a la “doble sanidad”. Su redención nos da una cura doble. Primeramente nos limpia de nuestros pecados, y después nos regenera. Su sangre nos salva de la culpabilidad del pecado y Su vida nos salva del poder del pecado. En Su redención, Cristo puede darnos una cura doble: El nos lava de nuestra inmundicia y mantiene alejada la muerte que hay en nosotros. Esta cura doble es Su obra redentora, sin embargo, para que disfrutemos Su obra redentora, tenemos que estar dispuestos a ser encarcelados en Su muerte. Mientras estamos en Su muerte, El tiene la manera de secretarse a Sí mismo sobre nuestro ser. Entonces, ciertamente recibiremos la cura doble y seremos producidos como perlas para entrar en el edificio de Dios.

La Economía Neotestamentaria de Dios, Capitulo 33 (LSM)


Hna. Gabriela Menez López

México, Ciudad De México, Mexico

Oh Señor Jesús, Bendito Eres. Oh Señor Juan 19:34 una lanza te traspasó y fluyó Sangre y agua!! Sangre para la redención (Nos has comprado de un vez y para siempre) Una parte de la Consagración y por otra te rendimos todo nuestro Amor, porque Tu nos amaste primero!!! Bendita redención y agua para impartir Tu Vida acabar con toda muerte!! No será quebrado hueso suyo!! Gracias por Tu Vida inquebrantable!! Te Alabo!! Te Amoooo. Mi Señor!!! Que privilegio!!!

Tu Eres la fuente y el dulce manantial!! De la Vida que expresamos!! Que en Tu nombre bendito disfrutamos!! Oh Señor Jesús!! Padre!! Bendita fuente que brota de Dios y del Cordero en medio de la calle!!! para regar a toda la Ciudad Todas las naciones!! Te rendirán honor!! Señor te honro anTí!! Bendita Nueva Jerusalén, un solo y nuevo hombre Corporativo!!